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La mili en las colonias
Noticias - AVILE en la prensa |
Fuente: Diario Información-Opinión
"Representante bandas armadas asegura a partir 12.00 horas día 30 harán alto el fuego ese sector. Observe cuidadosamente actitud enemigo, extremando precaución. Fuego propio totalmente prohibido. Aviación no debe volar".
Con este escueto comunicado se dio fin a la última aventura colonial española y al último conflicto bélico protagonizado por nuestro país. Nos referimos a la denominada Guerra de Ifni, librada contra una fuerza irregular de liberación, entre 1957 y 1958. Si el comunicado era discreto, también lo fue el desarrollo de la guerra para la opinión pública de la época, que apenas fue informada por los dirigentes del país de las dimensiones reales de un conflicto de difícil justificación, en el que no se sabía muy bien qué se defendía. La guerra se desarrolló en dos escenarios bien diferentes, el propio Ifni y el Sáhara occidental. Fue una contienda librada en unas condiciones muy difíciles, por un país pobre y con un ejército mal equipado.
El 2 de marzo de 1956, Marruecos obtuvo la independencia de Francia. Pocos meses más tarde, España se vio obligada a ceder la zona norte del Protectorado, mientras esperaba poder salvaguardar sus intereses en el sur y los territorios de Ifni y Sáhara. Pero, tras diversos incidentes en el verano de 1957, en la madrugada del 23 de noviembre, unos 1.500 hombres del Ejército de Liberación Nacional Marroquí atacaron el territorio de Ifni. A lo ancho del mismo se mantenían trece puestos con guarniciones que iban desde la simple pareja de policía a una compañía reforzada. Muchos eran indefendibles, careciendo en algún caso incluso de agua. Las tropas se retirarían a Sidi-Ifni, dejando el resto del territorio en manos de Marruecos.
El total de bajas españolas ascendió a 198 muertos, 574 heridos y 80 desaparecidos (118, 350 y 78 en Ifni), muchos soldados de reemplazo. En el Sáhara la victoria fue completa, gracias al interesado apoyo de Francia, para la que una derrota española hubiera puesto en peligro sus propios territorios. En Ifni el dominio español quedó reducido a una zona en torno a la capital, que fue reforzada con minas, pozos de tiradores y abrigos defensivos. A partir de entonces, la guarnición tuvo que hacer frente a escaramuzas aisladas de incontrolados. Dos meses después del cese de las hostilidades, Marruecos consiguió la devolución de la parte sur del protectorado, la región de Tarfaya, zona que geográficamente pertenecía al Sáhara. Con esta devolución Ifni quedaba como un enclave aislado en territorio marroquí. La cesión del territorio, en 1969, comportó la seguridad de que Marruecos no plantearía en el futuro reivindicación alguna sobre Ceuta y Melilla.
En el Sáhara la agitación nacionalista daría lugar al surgimiento, en 1968, del Movimiento de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro (antigua denominación de la colonia) y del Frente Polisario en 1973. Por su parte Marruecos, interesado en la ocupación del territorio (y con el beneplácito implícito de Estados Unidos) dirige la Marcha Verde con el objetivo de invadir el territorio español. En virtud de los acuerdos de Madrid, del mismo año, se estableció una administración temporal compartida por España, Marruecos y Mauritania; pero, en febrero del año siguiente, España abandona el territorio, tras lo cual el Frente Polisario proclama la República Árabe Saharaui Democrática. Actualmente, el territorio está ocupado casi en su totalidad por Marruecos, aunque su soberanía no ha sido reconocida por ningún país ni por la ONU.
Tanto durante el conflicto como después, la mayoría de las fuerzas destacadas en los territorios fueron soldados de reemplazo. Entre 1943 y hasta 1975, España destinó un cupo muy importante de reclutas del servicio militar obligatorio al denominado África Occidental Española. Desde 1956, tuvieron que vivir con la amenaza del terrorismo independentista, que se convirtió posteriormente en guerra abierta. Tras la guerra, y hasta la total evacuación del territorio, pasaron su "mili" bajo el toque de queda, entre campos minados y metidos en trincheras, alambradas y pozos de tiradores.
La mayoría tuvo que buscar en un mapa dónde estaba Ifni y abandonaron su tranquila vida civil para ir a caer en una sociedad colonial, situada fuera de su tiempo, donde los oficiales, como en las películas, portaban fusta. Una tácita pero rigurosa separación dividía a los oficiales, a sus familiares y funcionarios superiores -que podían acceder al Casino de oficiales o a la piscina- del resto de la población. El territorio era un inmenso cuartel en el que los soldados ocupaban el último escalón.
Todos cuantos pasaron por Ifni para cumplir el servicio militar obligatorio en los años 50 y 60 del siglo XX, coinciden en señalar las carencias materiales del ejército colonial, calzado con alpargatas, mal armado y deficientemente alimentado. A partir del alto el fuego, el 30 de junio de 1958, dos tercios de la tropa de guarnición en Ifni se destinarían a cubrir las posiciones de montaña que defendían el perímetro al que había quedado reducido el territorio, en unas trincheras donde la higiene era inexistente y proliferaban los parásitos.
Aislados de cualquier contacto con el exterior, con pocas posibilidades de establecer relaciones fuera del ámbito cuartelero, teniendo que soportar las duras condiciones del territorio y las aún más duras del destino militar que les había caído en suerte, apenas los juegos, las bromas y la camaradería, además de las sesiones del único cine donde se agolpaban los fines de semana, liberaban del asfixiante entorno a aquellos hombres que apenas habían dejado atrás la adolescencia.
El MAHE, junto con la Asociación de Veteranos de Ifni del Levante Español (AVILE), ha preparado una exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 7 de abril. Como actividad complementaria de dicha exposición se han previsto tres encuentros con miembros de AVILE, que realizaron su servicio militar obligatorio en Ifni. Los encuentros se realizarán los jueves 17 de enero, 7 de febrero y 7 de marzo a las 16.30. En esta primera ocasión nos acompañaron ayer Ángel Ruiz García, quien participó en la guerra como soldado de reemplazo, destinado a las fuerzas de asalto del Grupo de Tiradores, el contingente más numeroso de Ifni; Miguel Ángel Pérez Oca, fue destinado al Grupo de Tiradores en 1966, tres años antes de la retrocesión definitiva del territorio a Marruecos. Por fin, a Manuel Jorques Ortiz, integrado en el Grupo de Policía de Ifni en el reemplazo 1961-1962, debemos un excelente trabajo de recopilación, recogido en su libro Historias secretas de Ifni (hablan los soldados), así como unas memorias, que recogen su propia experiencia como soldado en África.
El verano de 1957 y luego la guerra y la resistencia hasta el año 1969, fueron un hito en sus vidas. Vivieron el último conflicto colonial de nuestro país, en unas condiciones muy distintas al resto de reclutas de su época. Y fueron terriblemente conscientes del sinsentido de los acontecimientos de los que fueron protagonistas. Sus testimonios nos acercan a un momento histórico prácticamente desconocido, pero del que aún hoy en día permanecen las marcas en los territorios que una vez fueron españoles.