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Un héroe de guerra tan olvidado como la guerra (Ifni-Sahara) que le convirtió en mutilado absoluto
Noticias - Noticias AVILE |
Se había venido preparando y pregonando desde AVILE (Asociación de Veteranos de Ifni del Levante Español) un merecido homenaje para uno de sus socios, ANASTASIO OROZCO MAÍNEZ, que desde hace casi quince años languidece en una Residencia de Ancianos de Cuenca (Residencia Alameda, habitación 320). Se eligió el día 15 de Abril, al coincidir el santoral (San Anastasio) y le fecha de su nacimiento (cumplía 79 años) y aunque se pidió la colaboración/adhesión a diversos estamentos oficiales (Ministerio de Defensa, Junta de Castilla La Mancha, Alcaldía de Cuenca y Ayuntamiento de La Alberca de Záncara, pueblo que le vio nacer) han dado la callada como respuesta, actitud asimismo adoptada por las dos únicas asociaciones legalizadas del ámbito ifneño (Amigos de Ifni y Associació Catalana de Veterans de Sidi Ifni), excepto alguna adhesión a título personal de varios de sus miembros. “Deserciones” que, por diversos motivos (enfermedades y problemas familiares) llegaron incluso a la cúpula de la Junta Directiva de AVILE, que no pudo acudir al acto por ella misma convocado.
No obstante los inconvenientes hallados, un reducido grupo de Veteranos, imbuidos de lo que popularmente se denominaba “vergüenza torera”, decidimos que Anastasio debía tener el Homenaje que se merecía, homenaje que en su persona queríamos hacer extensiva a cuantos compañeros dejaron la vida o la salud en los territorios del África Occidental Española. Y, con la mayor modestia, pero con una carga de entusiasmo insuperable, nos fuimos para Cuenca: Paco Rodríguez, ex Tirador, desde Madrid, Ángel Ruiz, desde Valencia y Paco Susarte (ambos ex tiradores) y Manuel Jorques (ex policía) desde Alicante. A la llegada coincidimos con José Luis Orozco Esteban familiar directo y tutor judicial de Anastasio) que con su esposa Montse se desplazó desde Barcelona, e incluso vino desde Madrid un amigo de José Luis, yerno del que fue muchos años médico del pueblo de La Alberca de Záncara, a quien le hacía ilusión sumarse al acto. Gracias amigo, aunque no podemos reseñar tu nombre completo, solo Pablo, por no recordarlo. Has dado una lección, tú que nada tienes que ver con Ifni, a todos aquellos a quienes les ha faltado esa ilusión que les ha impedido participar en un acto en el que los presentes recibimos mucho más de lo que dimos.
José Daniel Fuentes Macho, al que muchos tildamos justamente de “El Poeta de Tiradores”, le dedicó desde Valladolid en donde reside, un par de sonetos, con los que queremos que los posibles lectores de estos folios tomen conciencia del dolor y amarga vida que ha llevado este héroe, mutilado absoluto en acción de guerra, que fue llevado al servicio militar con 21 años pletóricos de juventud y salud y que dos años después fue “escondido y abandonado” como tantos otros, por los gobiernos de España, la Patria por la que derramaron su sangre:
A ti: Anastasio Orozco. Yo quisiera hacerte muy feliz esta jornada… Y, como Tirador y camarada, mitigarte este mal que te lacera desde que un día, en Ifni, en lucha fiera, al herirte en Tagraga una granada, la suerte te clavó fatal cornada por defender a España y su Bandera. Y aquel tres de Diciembre, en aquel fuerte, se trocó de tu vida la carrera, cambiando para siempre tu destino. ¡Qué día tan infausto… Aciaga suerte…! Que siendo la desgracia tan viajera se fuera a detener en su camino… Por eso, conociendo yo tú caso |
¿Cómo no entristecerme ante tu pena… Sin poderte aliviar esta condena ni endulzar el acíbar de tu vaso? Y si el dolor nos llega con retraso, y la desgracia, a veces, se nos llena, que llega cuando quiere y no se frena por mucho que intentemos su fracaso. A ti, a quien la fortuna fue reacia desde que, ante la tropa traicionera, tu suerte se alejó del parapeto. Glosando en estos versos la desgracia, y el dolor que anuló tu vida entera, te brindo, amigo Orozco, mi soneto. Y con él, el respeto que a todos nos merece un Tirador que sufre en silencio un gran dolor. |
En el rostro del Tirador Anastasio Orozco (hoy subteniente del Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria) se refleja la alegría de ver al pequeño grupo (para él una multitud) que habíamos acudido a visitarle, a felicitarle por su cumpleaños (se entonó el ¡cumpleaños feliz!) y pese a su dificultad para la expresión oral (una de las secuelas de sus heridas) soltó unos entendibles ¡hostia, hostia! Ante la sorpresa.
Modesto era el acto y modestos los regalos que le llevamos, pero a quien no está acostumbrado a recibir nada de nadie ajeno a los cuidados de la Residencia (por los que paga) aquello debió parecerle maná caído del raido cielo patrio: Paco Rodríguez le obsequió con una caja de bombones que le iluminaron los ojos, de los que salían chispas (supimos que era muy goloso); le dimos un tarbuch con la insignia dorada de Ifni, que pidió (con gestos) que se lo encasquetáramos en la cabeza (ya no se lo quitó); le entregamos el cuadro que el notable pintor andaluz Antonio López Canales (ex combatiente de la guerra de Ifni-Sahara en el Batallón Expedicionario Pavía 19) hizo para este acto.
También se le hizo entrega de un legajo encuadernado artesanalmente, conteniendo todas aquellas adhesiones recibidas por vía postal o telemáticas (pocas, pero por ello muy valiosas), así como la escasa documentación oficial que habíamos podido recopilar, y del DVD confeccionado por Paco Susarte, con fotografías de la mili y un compendio de la historia de Ifni, documento sonorizado con el himno de Tiradores, himno de la Infantería y el himno nacional, que al pasarlo por el reproductor que nos facilitaron los empleados de la Residencia, hizo que todos rememoramos aquellos lejanos tiempos, mientras que Anastasio, henchido de emoción y alegría se llevaba su única mano útil a la sien en el segundo tiempo de saludo militar, sin bajar la mano hasta finalizar el último compás.
No somos capaces de entender las oscuras razones que han dado lugar a la ignominia de que España (sus gobiernos) haya ocultado la última guerra colonial de España frente a Marruecos, a sus muertos, heridos, mutilados físicos y psíquicos, a los prisioneros militares y secuestrados civiles, incluidos mujeres y niños… Se nos escapa de los sencillos parámetros de la comprensión humana como los militares de carrera, aquellos que han vivido dentro de sus uniformes cargados de medallas y cruces, que se reúnen habitualmente para comentar aquellos tiempos de ¿gloria? pretéritos, no han hecho un mínimo seguimiento de aquellos jóvenes que tuvieron bajo su mando, ni en estos momento, en el ocaso de nuestras existencia, cuando han conocido expresa o tácitamente la existencia de héroes mutilados, como es el caso de Anastasio Orozco, no han formado alguna comisión o grupo para visitarlo y agasajarlo como se merece.
España le debe mucho a sus soldados, a las levas obligatorias que año tras año nutrieron sus ejércitos, deuda que se incrementa exponencialmente para aquellos que derramaron su sangre por la llamada madre patria que para muchos de nosotros, empezando por Anastasio, ha sido una madrastra ya que, al parecer, los únicos “hijos legítimos” (a los que ha cuidado amorosamente) eran los mandos profesionales… En otros tiempos hubo monumentos para Eloy Gonzalo (héroe de Cascorro) o para el Cabo Noval… ¿Qué ha ocurrido en la segunda mitad del siglo XX para ocultar a los últimos soldados de quinta combatientes en una guerra colonial?
Nos parece que es hora (antes de que sea demasiado tarde) de que se salde esa deuda histórica y alguno de aquellos jefes (todavía vivos y con buena salud) se desplacen a Cuenca, no solo para visitar a Anastasio Orozco, sino que en su persona reconozcan el esfuerzo, hombría de bien, abnegación, disciplina y coraje que derrocharon los soldados por su patria. El día en que eso ocurra, los soldados rasos y sus jefes quedaran unidos para siempre. Se habrá salvado el vacío que (quiérase o no) existe entre ambos colectivos.
A quienes estuvimos allí el pasado día 15 nos movió, entre otras motivaciones de tipo emocional, el ejemplo de Ángel Ruiz, que a sus 79 años de edad, había ido el solo a visitar a Anastasio en Diciembre (escribió una pequeña crónica de su viaje) y que en esta segunda visita encontraba a Anastasio con una alegría y “elocuencia” que no mostró en la anterior. Ángel, en su condición de cabo de Tiradores, II Tabor, 8ª compañía, fue uno de los soldados que liberaron el puesto de Tiugsa-Tagraga, y de los que ayudaron a sacar en camillas a los muertos y heridos, entre los que se encontraba en calidad de “herido de gravedad” Anastasio Orozco. La identificación entre ambos, sus abrazos, fue altamente emotiva. Claro que, a más de uno, se nos humedecieron los ojos.
Emplazamos a todos aquellos que dicen amar a España, a su Ejército, a las tropas coloniales de Tiradores y Policía de Ifni si es que lo sienten dentro de sus corazones y no solo de “boquilla” en las sobremesas, que haga un viaje a Cuenca: Allí está, todavía viva, la historia de la guerra de Ifni escrita con la sangre y la salud de Anastasio Orozco Mainez. A él, en nombre de todos sus compañeros, le podemos ofrecer individualmente el Homenaje que España y sus autoridades les han negado. Nosotros, los de este viaje del 15 de Abril de 2.014, nos hemos emplazado a repetir el evento ¡Dar tanta alegría a cambio de tan poco sacrificio!
¡¡¡ANASTASIO OS ESPERA!!!
¡¡¡VIVA IFNI!!!
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
¡¡¡HONOR A NUESTROS HÉROES DE GUERRA!!!