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El dios de las lágrimas llora sobre Elche
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No era la hora lorquiana anunciadora de desgracias (las cinco de la tarde), ni el rumor que el viento en las quinientas mil palmeras de “Ilice” sonaba a “voces de muerte” en esta adelantada primavera levantina, eran solo las diez de hoy, miércoles 6 de Marzo de 2019, cuando al descolgar el teléfono he oído la voz del “cabo Cremades” comunicándome que “Juanito” (JUAN TORRES DOMARCO) acababa de fallecer… Nuestro sollozo ha sido sincronizado y la lagrima fácil, por la sensibilidad que da la edad (tenemos 80 años) ha brotado de los ojos de ambos y seguro que de todos aquellos que queríamos a “Juanito”, empezando por su esposa, su hijo, nietos y demás familiares, así como por la “tropa” de Ifni de la que formaba parte con lazos de amistad que solo la muerte ha podido aflojar, pero no romper ¡El Dios de las lagrimas nos ha visitado!
Queda muy lejos, en el tiempo, pero cerca, dolorosamente cerca en nuestros corazones, cuando Juan Torres Domarco, cabo del Grupo de Policía Ifni nº 1, con destino en la Compañía Mixta vino en Marzo de 1961 a visitarnos a Jaime (el futuro “cabo Cremades), paisano y vecino de Elche, a Alfonso Maruenda de procedencia ilicitana y a quien esto escribe. Nuestras familias nos habían encomendado a su recomendación para obtener un destino y “Juanito” se desvivió para que lo consiguiéramos, en su misma Compañía que entonces mandaba el capitán Castilla y en la que manejaba la “letra pequeña” el brigada Naveira. Al finalizar el Campamento, con sus innumerables visitas en aquellos atardeceres de charla en la cantina, nos fue dando ánimos y consejos a la vez que escribía a nuestros impacientes parientes facilitándoles aragüeñas noticias sobre nuestro estado de salud, de ánimo y del casi seguro destino que nos adjudicarían, como así fue.
Tan solo los que han hecho el servicio militar en un lugar tan apartado e inhóspito como era Sidi Ifni en 1961 pueden saber apreciar el valor de un “paisano” (gran palabra) que si además es “veterano” se convierte en tu familia, tu guía y el consejero ideal para saber resolver los problemas que se te vienen encima.
Después de licenciarnos, Juan continuó siendo el “padre” de nosotros, sus reclutas, y supimos de sus éxitos profesionales en la industria de Elche, su matrimonio con María Dolores, su hijo con el que tan unido estuvo siempre, el apartamento de Santa Pola en el que pasaba la familia los veranos, su amor por el mar y por su tierra… Y llegada la hora de la jubilación, cuando las exigencias laborales quedan extinguidas, Juan se volcó con el grupo de veteranos de Ifni residentes en la ciudad de “la Dama”, formando parte activa en la constitución y sostenimiento de nuestra ASOCIACIÓN (AVILE), así como en la asistencia de cuantos eventos se han realizado en estos últimos años.
Si por unos minutos fuera capaz de domar nuestro rebelde idioma que no quiere (o no puede) que exponga sobre este papel los sentimientos que desde esta mañana me embargan, sabrían todos cuantos pueda leerme el hondo vacío que ha dejado este querido amigo, que se ha marchado silenciosamente desde aquel traicionero ictus que le postró en cama y borro su sonrisa y la de todos nosotros. La solicita compañía de su esposa, la atención de toda la familia y las noticias (a veces de esperanza) de que podía superar la enfermedad han convertido estos últimos años en un pendular vaivén entre la realidad y los deseos.
Mañana (día 7) serán enterrados sus restos mortales. El alma de este hombre bueno, inteligente, buen esposo, padre y abuelo, amigo y ciudadano ejemplar, que fue soldado de España en Sidi Ifni y que no hace mucho reiteró su juramento a la Bandera junto a los compañeros de AVILE, su alma debe estar ya en el Valle de Josafat en donde nos reuniremos todos a la espera del segundo juicio que según la Iglesia Católica nos será realizado; el primero, amigo Juan, estamos seguro que lo has pasado con “nota”.
La Junta Directiva de la ASOCIACIÓN DE VETERANOS DE IFNI DEL LEVANTE ESPAÑOL (AVILE) hace suyo el presente obituario escrito por uno de sus socios, y encarece a todos los que conocieron a JUAN que lo tengan en cuenta en sus oraciones.
Descanse en la Paz del Señor el querido amigo y compañero.