En el Campamento con otros compañeros “policías”La llamada Guerra de Ifni, aquella contienda bélica, la última de las que enfrentó a España con Marruecos y que tanto dolor produjo a las familias de los soldados muertos, heridos, mutilados, prisioneros y desaparecidos, acaba de perder a uno de sus héroes, a ANTONIO PÉREZ PÉREZ, andaluz de Bailén, aquella ciudad de la provincia de Jaén donde el Ejército de Napoleón, al mando del general Dupont, fue vencido por primera vez en sus luchas a través de media Europa. Allí nació la leyenda del general Castaños y allí nació en 1.935 y se crió Antonio, hasta que le tocó la "suerte" de hacer el servicio militar obligatorio, en un Cuerpo que hasta entonces había sido voluntario, profesional y encuadrado mayoritariamente por tropa indígena (nativos de Ifni)
EL MARQUÉS DE COMILLAS. Un gran incendio terminó con él en el muelle de Bilbao.Este barco fue botado al agua el 31 de agosto del 1828. La madrina de este acto fue la Infanta Victoria Eugenia estampando una botella del mejor vino que había en aquella época sobre el casco del buque. El primer propietario del buque fue Don Antonio López, primer Marqués de Comillas, fundador en la segunda mitad del siglo XIX de la Compañía Trasatlántica. El barco fue desguazado el 26 de marzo de 1962 en Bilbao. Las causas se debieron a un incendio que terminó con historia de aquel barco tan enorme. Esta reseña anterior la he obtenido en una web de barcos.
El Marqués de ComillasMi compañero Domingo Bernardo Miranda y yo salimos de casa el día 4 de marzo de 1959 para reunirnos en la caja de reclutas, también llamada "La Zona". Allí nos entregaron la cartilla militar con el destino. A mí me tocó "Intendencia de Sidi Ifni" y a mi compañero "Sanidad Militar de Sidi Ifni". Nos contentó mucho el ir al mismo sitio.
En aquel lugar nos reunimos 85 compañeros, unos con destino a Ifni y otros al Sáhara. En la llamada "La Zona" conocí a Celestino Baraja Mateos de Casasola de Arión, a Francisco Asensio de Gallegos de Hornija, a Jesús Beato de Velliza, a Pablo Bernardo Blanco y Félix Bernal Vélez de Villanueva de San Mancio aunque este último era residente en Madrid y nos hicimos amigos para toda la mili. El resto de quintos del grupo eran de Valladolid y de su provincia como yo que soy de Tordesillas.
El tren cargado de reclutas.La aventura de aquella Mili, que al final se convertiría en una terrible odisea, comenzó en Valencia, de donde salimos con destino a Cádiz. El tren era de aquellos con bancos de madera en ángulo recto enfrentados, aunque casi no los usamos, pues como el tren paraba en todas las estaciones, porque era lo normal y por ir recogiendo reclutas, nos apiñábamos en la ventanilla, así las “chavalas” que estaban en el andén salían bien piropeadas… o salvajemente aduladas. Decir como excusa a tanta fogosidad que los vagones estaban repletos de reclutas de 20 años.
"Tómate unos vinos conmigo", me invitó; Ortiz de Zárate era un hombre exquisito, especial.
Esta entrevista se publicó extractada el 1 de junio de 2007 en el semanario Presència.
Ferrándiz se alistó en agosto de 1956; tras la instrucción en Alcantarilla y Alcalá de Henares, fue destinado a la 7a compañía de la Segunda Bandera Paracaidista, al mando del capitán Sánchez Duque y donde coincidió con el teniente Ortiz de Zárate. Participó en febrero de 1958 en la Operación Pegaso, la reocupación temporal de los fuertes de Tabelcut y Erkun, donde tuvo lugar el segundo salto de combate del paracaidismo español, a cargo de la Primera Bandera, la Roger de Flor. Fotografía: Presència.A difrencia de Josep Maria Contijoch, que aterrizó en Ifni por cortesía del servicio militar, Josep Ferrándiz García (Barcelona, 1935) llegó al territorio a principios de 1957 con la Segunda Bandera Paracaidista, la Roger de Lauria. Se había enrolado en agosto del año anterior, atraído por la aventura y por los vistosos uniformes que vestían los veteranos del cuerpo, y con la idea de esquivar el destino -montaña en Jaca- que le había tocado en el sorteo de quintos. Una repentina enfermedad paterna lo obligó a regresar a casa justo en noviembre de 1957, a pocos días de estallar la revuelta: se ahorró la invasión y las operaciones iniciales. Su compañía, la 7a, formaba el grueso de la desgraciada columna de Ortiz de Zárate y protagonizó el 29 de noviembre la Operación Pañuelo, el primer salto de guerra del paracaidismo español, sobre la posición de Tiliuin: "Me habría tocado, seguro", dice Ferrándiz.