En la foto estamos: el más alto el que ha escrito el relato (Antonio Tomás Bermejo) y a su lado Félix Bernal Vélez natural de Villanueva de San Mancio, provincia de Valladolid y residente en Madrid. La estatua que tenemos detrás representa al General Capaz, fundador de la ciudad de Sidi-Ifni en el año 1934, sobre lo que se conocía como Santa Cruz de Mar Pequeña ciudad que descubrieron en tiempos de los Reyes Católicos.
En poco más de dos años el General Capaz fundó esta ciudad que llegó a ser la número cincuenta y uno que tenía España. Mala suerte tuvo este general, ya que en plena guerra civil española, se trasladó a Madrid para mantener conversaciones de paz con los del bando republicano. Estos no atendieron a razones, le hicieron prisionero y le fusilaron.
El pasado año felicité las fiestas navideñas a todos a los que tuvimos que pasearnos por aquellos territorios de Ifni y el Sáhara. Este año vuelvo a hacerlo incidiendo, sobre todo, a los de las quintas de 1957, 1958 y 1959 que fuimos los que más padecimos aquella guerra olvidada. En su día, de esta guerra no daba noticias nada más que la emisora "La Voz de Madrid"; tres minutos en el parte de las diez de la noche, diciendo que eran escaramuzas que tenían controladas.
El día 2 de abril próximo pasado se celebró la Asamblea General Ordinaria de la Asociación de Veteranos de Ifni del Levante Español (AVILE), en los salones del majestuoso hotel Holiday In, enclavado en la maravillosa Playa de San Juan (Alicante), a la que concurrieron muchos de los socios, familiares, amigos y simpatizantes, en la que la Junta Directiva dio amplias y minuciosas explicaciones sobre las actividades realzadas en el poco más de un año de existencia legal de la Asociación, y donde los socios pudieron expresar sus opiniones y tomar los acuerdos pertinentes, obrantes en el Acta levantada al efecto, entre los que puede ser uno de los más importantes las gestiones para una confirmación y/o reiteración de la "Jura de Bandera" que, muchos de nosotros, hicimos hace ahora cincuenta años. Pero no es de esto de lo que quería hablar (ya lo hace la Junta Directiva) sino del acontecimiento que se dio con motivo de la reunión y posterior comida, y digo acontecimiento en el más amplio sentido de la palabra, ya que tras tanto años (medio siglo) se juntaron en la misma mesa cuatro de los más significados soldados de Tiradores de los años 1.961-62, quienes sin dejar el fusil en momento alguno desempeñaron funciones de soldados médicos. Fueron cuatro y los cuatro tenían las carreras recién terminadas y un amplio porvenir por delante del que la mili fue un paréntesis lleno de vivencias, experiencias, amistad y fraternidad.
Éstos son momentos amargos en mi vida, ya que tan sólo hace unos pocos días perdí a mi esposo. Defectos tenía muchos, como su gran orgullo o su carácter fuerte, pero también tenía virtudes como su gran hombría (él tenía un dicho que decía: "Ser hombre es fácil, ser un hombre es difícil"), su hidalguía y su amor a la patria, que se acentuó más en su lucha en la guerra de Sidi Ifni del 57, guerra que casi nadie recuerda porque en esos años se llevó casi en secreto. Él pertenecía al batallón de Paracaidista, llegó allí haciendo el servicio militar y aunque le tocó en otro cuartel de su ciudad (Madrid), se pasó a "Paracas", decía por ganar mejor sueldo y llevar mejor uniforme con corbata y zapatos, pero esa presunción la iba a pagar muy cara. No llevaba ni dos meses en el cuartel y dando una veintena de saltos, cuando una tarde reúnen a todos y les dicen que van a estar acuartelados, notificación que hacen llegar a sus familiares. Pero al cabo de un par de días los montan en unos aviones militares, diciéndoles que iban todos preparados para hacer un simulacro de guerra, pero a la hora más o menos de estar volando les dicen la verdad: que no es un simulacro, que van a participar en la guerra que se había desatado con los marroquíes. Mi esposo me contaba que en esos momentos, a todos se les puso un nudo en la garganta y se iban lanzando en el punto que les mandaban con temblores en las piernas. Ya empezaron las penurias, les estaban esperando con ametralladoras y disparaban a diestro y siniestro. El primero en caer fue su teniente (al que al acabar la guerra se le hizo un monumento en el patio del cuartel). Sólo en lanzarse hubo más de la mitad de bajas. Cuando pudieron reunirse (tarea algo difícil) decidieron hacer allí el puesto (en mitad del desierto) y se hizo en suerte los que iban a inspeccionar, ya que a la vuelta, a los que habían quedado se los encontraron con el cuello cortado y sus genitales metidos dentro de la boca. Ésta es una de las muchas tragedias que en esa guerra vivió mi esposo en sus propias carnes, episodio que cambió su carácter ya fuerte por naturaleza, su forma de ver la vida y se esfumó su alegría de juventud.
Ángel Ruiz GarcíaEn el mes de Diciembre de 1.957 formé parte de la Columna que, desde Sidi Ifni, libertó a los puestos cercados por el Ejército de Liberación de Marruecos. Entonces yo era cabo de Tiradores de Ifni, II Tabor, 8ª compañía y había llegado a aquel territorio en marzo para cumplir el servicio militar obligatorio.
Aquella marcha a pie, subiendo y bajando montañas, siempre acosados por el fuego enemigo que nos causaba muchas bajas, y el regreso con los compañeros rescatados en una caravana en la que también había mujeres y niños, aquella tensión que te causaba no saber si te iba a ocurrir algo grave, la falta de comida y de bebida, todo aquello (uno cinco o seis días entre ida y vuelta) nunca lo pude olvidar.
Hoy 15 de Marzo de 2.011 cuando han transcurrido más de cincuenta años he vuelto a realizar el mismo trayecto, comprobando que la orografía no ha variado y que incluso la climatología ha sido casi la misma que entonces: ha llovido torrencialmente.
Un grupo de Amigos de Ifni que nos reunimos habitualmente en Valencia, planeamos efectuar un viaje a aquel querido territorio, contando con la colaboración y guía del nativo Hogde Ben Ouhamou, hijo de policía de la Mixta y desde hace muchos años industrial horchatero levantino y allí nos desplazamos el día 12 de marzo once personas (tres de ellas procedían de Canarias), dándose la sorpresa de encontrarnos con diez compañeros de la Asociación de Veteranos de Cataluña con los que pudimos confraternizar.
Los tres amigos en 1960Salimos de nuestro pueblo, Cehegín, provincia de Murcia, el día 19 de marzo (día de San José), año 1960 y nos presentamos en la caja de reclutas de Cieza, Murcia.
Salimos en tren hacía Cádiz, donde estuvimos toda la expedición en un cuartel.
Encerrados hasta nuestra salida en barco, de nombre, "Romeu de Valencia" para tierras 'africanas'.
Después de unos días de navegación, y también de mareos y angustias, el día 1 de abril llegamos a la costa de Sidi Ifni, y aquí vino lo más duro, teníamos que ponernos unos chalecos salvavidas, y echaron unas redes por el costado del barco y así poder bajar hasta los anfibios que nos esperaban para sacarnos a la playa, ya que no había puerto para poder desembarcar.
Un desembarco al más puro estilo de los "piratas", aquello fue toda una experiencia inolvidable.
Cargados con la maleta y el saco petate, subimos la cuesta que se nos hizo interminable hacía el cuartel de tiradores con un sol de justicia sudando y con caras de muertos. Después de tantos días de viaje, nos impresionó muchísimo la llegada al cuartel, lo primero que nos encontramos, unas ametralladoras antiaéreas; una en la entrada por donde los camiones entraban el suministro a la cocina y otra encima del cuartel, recuerdo que los veteranos nos daban ánimos...